El euskera de Ezkabarte sale a la luz

Homenaje a Jose Manuel y Juan Manuel Urtasun Lakidain

Recientes investigaciones han dado a conocer una serie de importantes textos en euskera conservados en el valle de Ezkabarte. Se trata, entre otros, de los sermones escritos por los hermanos y sacerdotes José Manuel y Juan Manuel Urtasun Lakidain, nacidos en Zildotz en el último cuarto del siglo XVIII. El pasado 26 de noviembre Euskaltzaindia, la Academia de la Lengua Vasca, les rindió un homenaje en su pueblo natal coincidiendo con el 250 aniversario del nacimiento de José Manuel, el mayor de ellos. Al homenaje se suma también una exposición que recoge los textos y testimonios que ha dejado el euskera en el valle a lo largo de los siglos.

Euskaltzaindia, las entidades locales y Euskarabidea han querido dar a conocer el legado de los hermanos Urtasun Lakidain y los testimonios escritos que ha dejado el euskera en el Valle de Ezkabarte, coincidiendo con el 250 aniversario del nacimiento de José Manuel Urtasun Lakidain en la casa Perutxena de Zildotz.

El tesoro de Casa Perutxena

La colección más abundante de textos proceden de la casa natal de José Manuel (1773-1844) y Juan Manuel Urtasun Lakidain (1786-1855). Se trata, entre otros textos, de unos 110 sermones escritos por estos dos hermanos y utilizados también más tarde por el sobrino de ambos, el capuchino Isidoro Díez de Ultzurrun Urtasun (1807-1888). Constituye una de las colecciones de sermones más importantes que se conoce en Navarra, sólo superada por la obra de Joakin Lizarraga, párroco de Elkano, de quien se conservan más de 5.000 manuscritos.

Una lengua común

El filólogo e investigador Ekaitz Santazilia es el impulsor y coordinador de esta iniciativa y el autor de los estudios que se están realizando en torno a esta documentación. Como señala Santazilia, para la elaboración de sus sermones estos sacerdotes utilizaron como fuente directa o indirecta de información escritos de otros curas y también libros tanto en euskera como en castellano y latín: “Entre las obras en euskera que consultaron se encuentran algunas de Mikelestorena, Larramendi y Mendiburu, que en aquella época tuvieron amplia divulgación y esto demuestra que, a pesar de las diferencias entre las hablas locales, la gente era capaz de emplear registros y variedades diferentes, dependiendo del contexto y de las necesidades. Las hablas no eran herméticas.”

De la misma manera, indica que se debería hacer una interpretación más exacta del conocido mapa de los dialectos publicado por Luis Luciano Bonaparte en 1863, entendiendo que se trata de una abstracción con fines científicos: “Aunque tenemos en mente este mapa con sus mugas geográficas definidas, lo cierto es que las diferencias entre las hablas no suelen ser tan rígidas, sino más bien difusas y progresivas.

Algunas características lingüísticas están bastante extendidas, otras no tanto… y todos los euskaldunes usamos la mayor parte de ellas por un igual, por eso hablamos todos la misma lengua, como explicamos en la exposición.”
Así, aunque Bonaparte incluyera Ezkabarte dentro del área del dialecto denominado altonavarro meridional, sus habitantes no tenían problemas para entender los textos de autores de otros lugares: “La fragmentación del euskera en dialectos y el aislamiento entre euskaldunes es algo muy reciente.”

Situación actual

A la pregunta de si es factible o imaginable recuperar el denominado dialecto altonavarro meridional en Ezkabarte, Santazilia responde claramente que sería algo impostado hoy en día: “Al igual que ocurre con todas las lenguas del mundo, el euskera también es el reflejo de la sociedad que la utiliza, a la que se va amoldando. Es condición ineludible para su supervivencia. En las últimas décadas el euskera ha ocupado espacios de uso que no tuvo anteriomente o que había perdido, tales como la escuela, los medios de comunicación y el mundo laboral. Por tanto, la sociedad que empleaba el altonavarro ya no existe como tal. Las relaciones sociales de la gente del valle son ahora de más largo alcance y esa nueva realidad social acaba generando, incluso sin querer, una variedad más homogeneizada, que requiere, aparte de eso, de un estándar para algunos contextos. De eso último se encarga Euskaltzaindia. Y eso no es un problema a la hora de recuperar e incluir algunos rasgos más locales, si la comunidad de hablantes así lo desea.”

EXPOSICIÓN ITINERANTE

A demás del acto de homenaje y la presentación de la placa colocada en la casa Perutxena, se ha organizado una exposición itinerante que inició su periplo en Arre y Zildotz y se ha trasladado después a diferentes centros escolares. En ella se ofrece una recopilación de todos los textos en euskera más importantes recogidos en el valle. Entre ellos destacan las Coplas de Arre, de principios del siglo XVII. Decían de Don Jerónimo Berrio, el vicario de Arre, que tenía debilidad por las mujeres. En 1612, varias personas salieron a cantar coplas acusándolo. El vicario interpuso denuncia y, en el juicio, fue María Larrasoaña la que dio testimonio de las citadas coplas. “Erbia doaie lasterrean, konejua darraiola atzean. Horra don Jeronimo, bere amoranten atzean.” “La liebre va corriendo, siguiéndola por detrás el conejo. He ahí don Jerónimo, detrás de sus amantes.”

Contra las danzas

Otro texto interesante es el Edicto contra las danzas. En el año 1750, el obispo de Pamplona Miranda Argaiz publicó un edicto en contra de los bailes en las plazas, y obligó a los curas a que lo leyeran todos los años ante los feligreses. En los pueblos euskaldunes se veían en la necesidad de traducirlo al euskera; normalmente lo hacían de forma oral, y muy de vez en cuando, también por escrito. En Ezkabarte se ha conservado una de esas traducciones escritas. “Elizako mandamentuaren indarrean, eta eskomikazioaren, eta berrogei eta hamar dukaten penaren azpian, nior nior ere, edozein estado eta kalidadetako pertsona dela, eztadiela dantza gizonki ta emazteki na(ha)sirikako dantzetan meza eta elizako ofiziak bizkitartean, edo gauaz, ez eta inoiz ere eliza eta ermiten atari edo zementerioetan, edo haien inguruan, ez etare bidetan, ez eremuetan, ez ezkaratzeetan, eztare plazatik kanpoan.” “Conforme a los vigentes mandatos de la Iglesia y de la excomunión, y so pena de cincuenta ducados, absolutamente nadie, cualquiera que sea su estado y condición, puede tomar parte en bailes entre hombres y mujeres en tiempo de la misa y de los oficios en la iglesia, ni de noche, ni tampoco en los atrios de la iglesia y ermitas o cementerios, ni en sus aledaños, caminos, entornos, ni entradas de las casas, ni fuera de las plazas.”

Exhortos matrimoniales

También resultan llamativos desde nuestro punto de vista actual los exhortos matrimoniales dirigidos a los contrayentes, hallados en Unzu y Sorauren: “Zu, emaztea, egonen zara gauza guzietan zere senarraren mendean. Estima dezazu birtutearen edertasuna, eta ez hala gorputzeko apaintasuna. Kuidado handiarekin goarda ditzazu zere etxeko gauzak; etzara etxetik aterako, premiarik ezpada, senarraren lizentziarik gabe. Izan zaitez baratze ertxi bat bezala; iturri kastidadeko giltzaz ertxi bat bezala.” “Tú, mujer, estarás en todas las cosas bajo el dominio de tu marido. Estima la belleza de la virtud, y no el adorno del cuerpo. Guarda con cuidado las cosas de tu casa; no saldrás de casa, si no hay necesidad, sin el permiso de tu marido. Sé como un jardín cerrado; como una fuente cerrada con la llave de la castidad.”

CELEDONIA CENOZ, UNA DE LAS ÚLTIMAS HABLANTES

En la década de los 80 se grabaron algunos testimonios de los últimos hablantes que conservaron la variante del euskera de Ezkabarte. El académico de honor de Euskaltzaindia e investigador Koldo Artola recogió los testimonios de Celedonia Cenoz Arce (1908- 1993), de la casa Motxale de Anotz. Su padre era del propio Anotz y su madre de Erripa, ambos euskaldunes. Un ejemplo es esta canción de Año Nuevo: “Ni gaztia nitzenian, pues yoaten giñan, Eguerri (Urte berri beharko luke) egunian, itxe guzietan eskatzen, eta… kantatu iten giñuen: Txiribiri, txajoneko, Urte berri eguneko nik dakarrat ur berrie; Idiki bez atarie. A la montaña, a la montaña! Irune eltxaurre ta laune gaztañe.”